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Saber qué tipos de terapia están disponibles para los niños puede brindar tranquilidad a sus padres. Conoce los 6 más utilizados.
Última actualización: 19 de marzo de 2022
La terapia y la edad adulta son a menudo conceptos que van de la mano. Pero, Terapia e infancia siguen pareciendo conceptos incompatibles. ¿Por qué? Porque hay cierto resentimiento hacia la salud mental de los niños. Muchos padres creen que enviar a sus hijos a terapia puede empeorar las cosas.
La terapia para niños puede ser beneficiosa ya que les permite trabajar los aspectos que les causan dificultades y para los que los adultos no tienen recursos. Para mayor seguridad, los padres pueden buscar información antes.
6 tipos de terapia infantil
Algunas de las formas de terapia más utilizadas para niños son las siguientes:
- Terapia de conducta cognitiva: trabaja sobre pensamientos y creencias de niños para identificar cuáles son parciales o sesgadas. De esta forma, intenta sustituirlos por otros más funcionales y personalizables. Los pensamientos están relacionados con las emociones y los estados de ánimo, así como con el comportamiento.
- Terapia de Juego o Ludoterapia: Permite crear un ambiente seguro para la expresión de emociones y conflictos. De esta forma, haciéndose pasar por otros personajes o utilizando otros elementos, les ayudamos a exteriorizar sus miedos, preocupaciones e intereses. El juego se convierte en una herramienta comunicativa.
- terapia familiar: afecta a todo el grupo humano que rodea al niño. De esta manera, se identifican patrones de relación y dificultades de comunicación que perpetúan el conflicto.
- Terapia de interacción padre-hijo: Es un terapia breve, que recoge métodos operativos y recursos del juego. Él cree que muchas de las dificultades de los niños surgen de las interacciones con sus padres.
- Terapia de Aceptación y Vinculación: Poco a poco, esta forma de terapia va ganando aceptación en los niños. Se trata de averiguar qué conductas son problemáticas, qué situaciones se evitan y qué valores se luchan. Trabajamos también desde la acción comprometida, es decir, animándonos a dar pasos en la dirección deseada.
- consciencia: es más una técnica basada en la meditación terapéutica. Se basa en ejercitar la atención consciente y plena. Ayuda a relajarse, controlar los impulsos y prestar más atención antes de actuar.
Beneficios de la terapia para niños.
Además del beneficio obvio de la intervención temprana y evitar que el problema empeore con el tiempo, La terapia para niños les permite adquirir recursos para desenvolverse con comodidad y seguridad.
Esto se aplica a sus diversas actividades y tareas, tanto en la escuela como en el deporte. También en relación con sus amigos. Esto mejora la calidad de vida y apoya el desarrollo.
¿Cuándo es necesario considerar la terapia psicológica para niños?
A medida que crecen, el desarrollo tiene sus propios desafíos. Salir de casa para socializar con otros niños, ganar autonomía para explorar el mundo y sentirse seguro, aprender nuevos conocimientos en la escuela y más.
Añádele a eso la situación única por la que atraviesa cada familia. Por lo tanto, cuando se trabaja con niños y niñas, siempre es importante observar el entorno más amplio.
Algunas de las situaciones que pueden requerir una intervención terapéutica son las siguientes:
- Dificultad para dormir: Pesadillas, terrores nocturnos cuando el niño no quiere dormir.
- Desorden alimenticio: como anorexia, bulimia, obesidad. Suelen aparecer en comportamientos como la renuencia a comer o la preocupación excesiva por la imagen corporal.
- trastornos de eliminación: se relacionan con dificultades en el control de esfínteres.
- dificultades de aprendizaje: Se resisten a ir a la escuela, lloran y se desesperan. A veces esto es una señal de que tienen un problema con una pareja o están siendo acosados.
- Problemas relacionados con el estado de ánimo: ansiedad, tristeza o depresión.
Al considerar cada una de las situaciones mencionadas, es importante recordar que se trata de conflictos que ocurren durante un largo período de tiempo y en forma repetida. En otras palabras, algunas situaciones son propias de la infancia y requieren paciencia, pero no son alarmantes. Por ejemplo, se espera que un niño se niegue a dormir cuando sus primos están en casa y quieren seguir jugando.
Finalmente, no debe olvidarse que un niño es una persona en desarrollo; nada está terminado ni definido. Por lo tanto, el apoyo terapéutico es central como elemento preventivo.
La salud mental de los niños empieza en casa
El contacto respetuoso, cariñoso y cercano es uno de los requisitos esenciales para promover la salud mental de los niños. Más allá del entorno terapéutico hay mucho que hacer en casa para su desarrollo positivo.
Por ejemplo, preguntar por sus emociones y validarlas, compartir tiempo de calidad, reforzar logros, darles la confianza que necesitan para ganar autonomía, enseñarles diferentes técnicas de respiración para calmarse cuando se sientan abrumados, dejar que tomen decisiones y cometan errores.
Dicho esto, la salud mental se juega en muchos momentos. Es mucho más que el conflicto que tiene lugar en un momento y lugar concretos. Es la suma de las acciones de cada día.
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