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Descubrimiento épico en Sa- enorme secreto bajo Sahara!

En 2010 se hizo un sorprendente hallazgo en el desierto del Sahara, a 400 kilómetros al oeste del río Nilo. Un pez fosilizado fue encontrado en una región donde el desierto es conocido por ser árido. Este descubrimiento casual llevó a los científicos a preguntarse si tal vez, en algún momento, existió un mar en lo que ahora es el Sahara. Así que decidieron llevar a cabo un estudio geológico de la región.
Los resultados de la investigación fueron totalmente inesperados. Se encontraron evidencias de algo enorme bajo las arenas del desierto, algo que no formaba parte de un antiguo mar. Durante varios meses, se realizaron investigaciones en tierra utilizando instrumentos con GPS. Más tarde, cuando toda la información del suelo fue recolectada, los científicos observaron la zona desde un satélite y la imagen los dejó sin palabras. Resultó que había una enorme cuenca bajo el desierto, junto a otra más pequeña cerca. Previo a este descubrimiento, ya se habían encontrado asentamientos humanos en la costa de estas cuencas. Ahora los investigadores sabían por qué se habían elegido esos lugares para vivir: la presencia de un lago de proporciones impresionantes.
Este lago cubría más de 110 mil kilómetros cuadrados y contenía agua potable. Era casi la mitad del tamaño del lago Michigan. Las investigaciones subsiguientes demostraron que el lago era el resultado de una inundación provocada por el Nilo hace aproximadamente 250,000 años. El agua ocupó la depresión en el suelo y no se detuvo hasta llenarla por completo. Probablemente, la causa de este evento haya sido las lluvias intensas que solían ocurrir en aquel tiempo. Africa tenía un clima más tropical y las lluvias eran bastante frecuentes. El lago gigante hizo que la región floreciera y tanto animales como humanos antiguos vivieron y prosperaron junto a sus orillas.
A medida que el tiempo pasó, el lago se secó debido a un cambio climático. Fue un proceso lento, como todo lo que sucede en la naturaleza. El agua desapareció, pero la zona no se convirtió en un desierto hasta hace poco tiempo. Otros estudios demostraron que hace solamente seis mil años, lo que ahora conocemos como el Sahara era una pradera rica en vida.
Entonces, ¿cómo es posible que existiera una pradera sin un lago de agua dulce en el Sahara? La respuesta es un sistema fluvial. Aunque el Nilo tiene un papel importante en la formación del clima en la región occidental del desierto, los investigadores encontraron un gran cañón que sugería la existencia de otro río. Las secciones más amplias del cañón tenían hasta 25 kilómetros de ancho. Nacían en tierra firme y se hundían hacia el fondo del océano.
El avance en la búsqueda de pistas sobre este río llevó a descubrir otras partes del mismo cañón en zonas más profundas del continente. Todo esto sugería que en algún momento existió al menos un río que alimentaba toda la región del Sahara. Más tarde se confirmó que se trataba de todo un sistema fluvial con una longitud total de 500 kilómetros. Es muy probable que los ríos nacieran independientemente en las cordilleras de Atlas y Holger, en las zonas noroeste y central del Sahara. A medida que descendían hacia el valle, ganaban fuerza y velocidad, lo que provocó la formación del duodécimo sistema fluvial más largo del mundo, llamado Tamanrasset. El trayecto del río terminaba en el cañón de Capdim-Irish, en la actual Mauritania. Sin embargo, los científicos creen que este sistema fluvial no fue constante y pueda haber aparecido y desaparecido a lo largo de los últimos 245,000 años, siendo casi tan antiguo como el lago que mencionamos anteriormente.
