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Sorprendente debut laboral: Atrévete a descubrir lo que este empleado hizo en su primer día

El director de esta empresa no podía creer lo que hizo un empleado en su primer día de trabajo. Algunas personas se toman su trabajo más en serio que otras. Walter Card era sin duda una de las personas que pertenecían al grupo de los trabajadores duros. Su jefe no podía creer lo que hizo en su primer día de trabajo. No te pierdas la impresión que causó Walter ese día. El torcal era un estudiante universitario de 20 años que se trasladó a Home, Alabama, EE.UU. con su madre después de perder trágicamente su casa y todo lo que tenían a causa del huracán Katrina.
Esperaban reconstruir sus vidas y empezar de nuevo. Walter estaba decidido a dar un paso al frente, ser el hombre de la casa y apoyar a su madre en esos momentos de necesidad. Sabía que mientras se tuvieran el uno al otro, todo estaría bien y saldrían adelante.
Walter perdió su trabajo en un PS y como puedes imaginar, ser un estudiante universitario no le proporcionaba grandes ingresos financieros, así que fue en busca de uno que le proporcionara un salario digno, así como más flexibilidad para sus estudios. Buscaba a alguien, a cualquiera que se arriesgara con él. Todo estaba a favor de Walter y pudo encontrar un empleo en una empresa de mudanzas llamada Belhadj. Estaba entusiasmado y listo para empezar su primer día en su nuevo trabajo.
Pero la vida tiene una forma curiosa de enviarnos pruebas. El auto de Walter se estropeó un día antes de empezar a trabajar en Belhadj. No podía permitirse el lujo de llevarlo a un mecánico para repararlo. Uno de sus amigos iba a llevarlo al trabajo, pero se retiró en el último momento. Walter recurrió a su novia y algunos amigos más, pero ninguno de ellos pudo llevarle. Carlos había que tomar un taxi, era una opción viable, pero también una que le costaría casi la mitad de su salario.
Su mente estaba frenética mientras iba de un lado al otro buscando una solución para esta pesadilla. Todos somos culpables de decir lo mucho que queremos algo, pero luego tiramos la toalla al primer obstáculo. ¿Lo quieres más que puedes respirar o simplemente te gusta la idea? Walter echó un vistazo a su GPS y calculó que, basándose en su lugar de residencia y en Belhadj, tardaría aproximadamente 7 horas en llegar a pie.
Su sueño era alistarse en los marines después de terminar la universidad. Walter sabía que esta era la prueba definitiva que necesitaba para saber si tenía futuro como soldado. Después de todo, no es un viaje fácil y solo los más fuertes salen con vida. Walter decidió ponerse en marcha poco antes de la medianoche, después de haber desayunado tranquilamente o como algunos dirían, de haber merendado a medianoche. Su trabajo comenzaba a las 7:40 de la mañana, así que se retó a llegar allí una hora antes para recuperar el aliento y refrescarse un poco antes de empezar a trabajar.
Carl se llevó su teléfono, su cartera, un bate y un cuchillo de cocina por motivos de seguridad, para recorrer los 32 kilómetros hasta Belhadj. Caminar solo en la oscuridad no es fácil, basta con preguntar a cualquier mujer. Walter caminaba a paso ligero y esprintaba entre medias para avanzar. El joven seguía adelante, un pie delante del otro. Las voces y el miedo de la vergüenza, los mensajes de quienes querían hacerle creer que no era lo suficientemente bueno, se acallaban. Walter no perdía de vista su entorno en ningún momento. Entre sus ráfagas de sprints, sus ojos se fijaron en algo en el horizonte. ‘¡Cae!’ pensaba con rapidez. Mantuvo su bate cerca del pecho y se dispuso a luchar por su vida hasta que vio que el objeto no era más que un pequeño perro callejero que vivía en un mundo solitario. Walter cruzó la calle y el perro lo evitó y siguió pavoneándose en medio de la noche.
