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Descubre los alimentos que detienen el envejecimiento y aumentan el colágeno ¡Revierte el paso del tiempo!
El envejecimiento de nuestra piel puede retrasarse y mejorar de manera natural. Aunque también existen cremas como el retinol o el ácido hialurónico, así como tratamientos como el botox, el microneedling o el peeling que pueden mejorar nuestra piel. ¿De qué se trata todo esto? ¿Cómo pueden mejorar nuestra piel? ¿Cuándo debemos tener cuidado? Y sobre todo, quiero darte cinco consejos que puedes hacer en casa todos los días para mejorar la salud del órgano más grande de nuestro cuerpo, la piel. ¿Podría ser que existan alimentos o rutinas que puedan mejorar la piel? ¿Qué cremas son mejores? ¿Qué trucos o secretos existen cuando se trata, por ejemplo, de bañarse, cuidar la piel o aplicar cremas? Todo esto debe tenerse en cuenta.
¿Por qué se producen las arrugas y las líneas de expresión?
Antes de entrar en detalles sobre cómo mejorar nuestra piel, es importante entender por qué se producen las arrugas y las líneas de expresión. Nuestra piel está compuesta por tres capas: la hipodérmica, la dermis y la epidermis. La capa más profunda, la hipodérmica, se encarga de mantener la temperatura corporal. La dermis, por su parte, está compuesta por fibras de colágeno y elastina que mantienen la textura y el tono de la piel. La epidermis es la capa más superficial y está formada por células que se dividen y cambian de forma hasta llegar a la capa más externa.
A medida que envejecemos, las células basales de la epidermis y las células que producen colágeno y elastina en la dermis se dividen menos y menos. A partir de los 25 o 30 años, comenzamos a perder colágeno y se nos hace más difícil recuperarlo, a menos que tengamos ciertos hábitos saludables que reduzcan esa pérdida y mejoren su estructura. Por lo tanto, a medida que envejecemos y tenemos menos colágeno y elastina, comienzan a aparecer arrugas y líneas de expresión. Además, las glándulas sebáceas presentes en la dermis, que generan una grasa que protege nuestra piel de la sequedad y la irritación, también envejecen y producen menos aceite, lo que lleva a una mayor sequedad de la piel.
El cáncer y el acné son otras enfermedades que pueden afectar la piel, pero eso es tema para otra ocasión. Ahora, ¿cómo podemos mejorar las arrugas, la piel seca, etc.? Aquí te presento cinco consejos simples que puedes seguir todos los días:
1. Protégete del sol
El sol, incluso cuando está nublado, contiene rayos ultravioleta que pueden penetrar hasta las capas más profundas de la piel y dañar las glándulas sebáceas, el colágeno, la elastina y las células basales de la piel, causando daño en el ADN. Por lo tanto, es esencial tomar precauciones adecuadas para protegerte del sol y evitar desde el cáncer hasta la reducción de arrugas. Recuerda que la mayor exposición al sol ocurre en los primeros 15 o 20 años de nuestras vidas, luego nos exponemos menos y somos más conscientes. Sin embargo, ¿cuántos de nosotros aplicamos protector solar todos los días, especialmente en la cara, que es la parte más expuesta al sol? Por eso, siempre recomiendo aplicar protector solar todos los días, incluso en días nublados, principalmente en la cara, el cuello y las orejas, que son las áreas más expuestas. El protector solar debe tener al menos un factor de protección 30 y debes reaplicarlo cada dos horas si te expones mucho al sol, como en un día en la piscina. Asegúrate de que sea de amplio espectro y resistente al agua en días muy soleados, especialmente entre las 10:00 y las 16:00 horas, cuando los rayos ultravioleta son más dañinos. Además, te recomiendo usar sombreros y camisas sueltas que no te hagan sentir calor y evitar exponerte durante largos períodos de tiempo en esas horas. ¿Y la respuesta a la pregunta de si puedes broncearte? Sí, siempre y cuando lo hagas de manera responsable, con protector solar y fuera de las horas más peligrosas. O si te expones a esas horas, que sean exposiciones cortas de 15 a 20 minutos. Hazlo gradualmente, no es necesario broncearte en un día, eso solo irritará e inflamará tu piel. Recuerda que exponerte al sol tiene beneficios, como la generación de vitamina D y la mejora de tu estado de ánimo, entre otras cosas, pero debes hacerlo de manera segura. Evita las cabinas de bronceado y broncearte en las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, cuando el sol está más bajo y siempre con protección solar.
2. Hidrata tu piel
Donde más se nota el envejecimiento de la piel es en el dorso de las manos y en la cara. Por eso, es importante utilizar cremas hidratantes. Al bañarte, evita el agua caliente, incluso en invierno, ya que el agua caliente seca la piel y extrae los ácidos grasos que nuestras glándulas sudoríparas encuentran tan difícil crear. Usa agua tibia y, al secarte después del baño, sécate dando pequeños toques en lugar de frotarte con la toalla, así permitirás que la humedad quede en la piel y sea absorbida. Luego, dentro de los tres o cuatro minutos de salir de la ducha, aplica una crema hidratante todos los días. La mejor crema para tu cuerpo dependerá de tu tipo de piel, por lo que te recomiendo consultar a un dermatólogo para obtener recomendaciones específicas. En general, las cremas sin perfume son recomendables, ya que los perfumes tienden a irritar y secar la piel, y cuanto menos sustancias tengan, mejor. Intenta buscar cremas con antioxidantes como la vitamina C, la vitamina A o el ácido retinoico y el ácido hialurónico, de los que hablaremos más adelante. Además, ten cuidado con los jabones antibacterianos y los jabones que contienen químicos agresivos, ya que destruyen la grasa que protege la piel y pueden eliminar las bacterias beneficiosas que mantienen nuestra piel sana. Utiliza jabones suaves y lávate la cara con suavidad, dando pequeños toques.
3. Protección contra el entorno
Nuestro entorno está lleno de humos y otros elementos que dañan nuestra piel. Por eso, es importante realizar una limpieza facial diaria y aplicar una crema hidratante todas las noches. Además, evita fumar y alejarte de las personas que fuman. El humo del tabaco contiene más de 2000 sustancias tóxicas, metales pesados y monóxido de carbono, que envejecen y dañan tu cuerpo, incluida tu piel. Además, asegúrate de consumir y aplicar antioxidantes tópicos, como la vitamina C, que ayudan a producir colágeno y mantener la firmeza de la piel. Puedes consumir alimentos ricos en vitamina C, como el kiwi, la guayaba, la naranja y el agua con limón, y buscar cremas hidratantes que contengan vitamina C para prevenir la oxidación de la piel. También es importante consumir vitamina A, que se encuentra en alimentos como la zanahoria, la papaya, los pimientos rojos y la sandía. Además, se ha demostrado que consumir ácidos grasos saludables, como los presentes en los pescados ricos en omega-3, mejora la textura y la elasticidad de la piel. Por otro lado, debes evitar consumir azúcares simples presentes en las bebidas azucaradas y las harinas refinadas, ya que aumentan los niveles de azúcar en tu cuerpo y pueden dañar tu piel y otros órganos. Y por último, pero no menos importante, asegúrate de mantenerte hidratado bebiendo uno a dos litros de agua al día, a menos que tengas alguna condición médica que te impida hacerlo. Cuando tu piel está bien hidratada, se mantendrá elástica y sana, así que bebe agua todos los días. Ten en cuenta que el alcohol deshidrata, así que evita el consumo excesivo de alcohol, ya que puede afectar la hidratación de tu piel.
Palabras finales
Cuidar de tu piel es una tarea diaria y constante. Si no te proteges del sol, no te hidratas y fumas, será cada vez más evidente en tu piel. Por lo tanto, sigue estos consejos simples pero efectivos para mejorar la salud de tu piel. Protegerte del sol, mantener tu piel hidratada y evitar fumar son los pasos más importantes. Todo lo demás puede ayudar, pero si no sigues estos pasos fundamentales, los demás esfuerzos no serán tan efectivos. Así que espero que esta información te haya sido útil y que ahora sepas cómo cuidar de tu piel.
Un saludo afectuoso desde nuestra parte del mundo. ¡Hasta luego!
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