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¿Tuviste Covid? Esto te puede estar pasando
El COVID-19 ha afectado a millones de personas en todo el mundo desde su aparición. Si bien muchos pacientes logran recuperarse por completo, hay otros que experimentan síntomas persistentes a largo plazo, conocidos como «Long COVID» o «COVID crónico». Estos síntomas pueden durar más de 12 semanas o incluso aparecer después de ese tiempo. Es importante destacar que este fenómeno no solo tiene consecuencias físicas y emocionales, sino también laborales, ya que algunas personas no pueden reincorporarse a sus trabajos debido a las limitaciones que estos síntomas les imponen.
Aunque existe la hipótesis de que el Long COVID puede formar parte de otros síndromes posteriores a terapia intensiva, como las miopatías del paciente crítico o el cansancio después de una enfermedad grave, aún no se cuenta con evidencia científica concluyente al respecto. Por lo tanto, es un tema que actualmente se encuentra en estudio y del que se recopila información de investigaciones y bibliografía con un poder estadístico limitado.
Síntomas más comunes del Long COVID
En el caso de los síntomas más comunes del Long COVID, estos se pueden dividir en síntomas físicos y síntomas neurocognitivos. Dentro de los síntomas físicos, la fatiga es el más frecuente y puede llegar a ser extremo en algunos casos. Otros síntomas físicos comunes incluyen la disnea (falta de aire) y el dolor o molestia torácica. En cuanto a los síntomas neurocognitivos, se encuentran la ansiedad, la depresión y el síndrome de estrés postraumático en un porcentaje elevado de pacientes.
Por otro lado, hay síntomas menos comunes que también pueden persistir en el tiempo, como la alteración en el sentido del gusto y del olfato, así como dolores de cabeza y cefaleas. Estos síntomas suelen presentarse con menor intensidad a medida que pasa el tiempo, pero pueden persistir durante varios meses.
Clasificación y etapas del Long COVID
Si bien no existe una clasificación formalmente aceptada del Long COVID, algunos estudios y autores han propuesto una clasificación práctica que divide esta condición en tres etapas. La primera etapa es la etapa aguda, que comprende las primeras 4 semanas desde el inicio de la enfermedad y se caracteriza por los síntomas típicos de la COVID-19, como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y pérdida del gusto y del olfato.
Luego sigue la etapa de convalecencia, que se extiende de 4 a 12 semanas y se refiere a aquellos pacientes que continúan experimentando síntomas después de la fase aguda. Por último, está la etapa de Long COVID o COVID crónico, que incluye a aquellos pacientes que persisten con síntomas después de las 12 semanas o que desarrollan nuevos síntomas durante esa etapa. Es importante destacar que aún no se sabe con certeza cuántos pacientes experimentan estos síntomas a largo plazo, ya que los datos varían según los estudios y las observaciones clínicas realizadas.
Factores que influyen en el Long COVID
La probabilidad de desarrollar Long COVID y la duración de los síntomas pueden depender de varios factores. La edad es un factor de riesgo importante, ya que se ha observado que los pacientes mayores de 55 o 60 años suelen tener una recuperación más prolongada. También influye la gravedad de la enfermedad, siendo más probable que los pacientes que requirieron hospitalización y cuidados intensivos tengan síntomas persistentes. Además, las complicaciones adicionales, como neumonía o tromboembolismos, también pueden prolongar la duración de los síntomas.
Un estudio realizado en Estados Unidos con más de 100,000 pacientes mostró que aproximadamente el 40% de ellos eran totalmente independientes en sus actividades diarias a los 30 días de haber superado la enfermedad. Sin embargo, otro estudio realizado en China encontró que solo entre el 30% y el 40% de los pacientes habían retomado sus actividades habituales a los 60 días. Estos datos demuestran que las consecuencias del Long COVID pueden afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes, tanto física como emocionalmente.
Resolución de los síntomas y seguimiento post COVID-19
En cuanto a la resolución de los síntomas, algunos síntomas típicos de la fase aguda, como la fiebre y los síntomas olfatorios y gustativos, suelen desaparecer en un plazo de 2 a 4 semanas. Sin embargo, otros síntomas, como la fatiga y la disnea, pueden tardar más tiempo en desaparecer e incluso requerir rehabilitación para su mejora. El dolor torácico y los problemas de concentración y memoria también pueden persistir durante meses.
En cuanto al seguimiento post COVID-19, se recomienda que los pacientes leves que no requirieron hospitalización y no presentan síntomas persistentes no necesiten un seguimiento médico específico. Por otro lado, los pacientes que requirieron hospitalización, especialmente en unidades de cuidados intensivos, pueden necesitar un seguimiento más cercano y la realización de estudios adicionales según los síntomas y complicaciones presentes.
En resumen, el Long COVID es una condición que afecta a un porcentaje variable de pacientes que han sufrido la enfermedad, y cuya duración y gravedad pueden depender de factores individuales, como la edad y la gravedad de la enfermedad. Los síntomas físicos y neurocognitivos más comunes incluyen la fatiga, la disnea, el dolor torácico, la tos, la ansiedad y la depresión. Para su resolución y seguimiento, se recomienda una rehabilitación individualizada y un control médico según las necesidades de cada paciente.