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Emotivo encuentro: Caballo salvaje expresa gratitud de forma conmovedora

En octubre de 2009, un grupo de rescate de animales salvajes encontró a una ardilla llamada Vela, quien había sido atacada por un búho y quedado gravemente herida en Carolina del Sur, Estados Unidos. Vela no podía sobrevivir en la naturaleza con sus heridas, por lo que fue acogida por Brandy Harrison y su familia, que se dedicaban a rehabilitar animales. Vela fue criada junto con otras tres ardillas y se esperaba que una vez rehabilitada, fuese liberada en la naturaleza. Sin embargo, la personalidad de Vela era diferente a la de las demás ardillas y tenía una especial conexión con la familia Harrison.

En abril de 2010, Vela y las otras tres ardillas estaban listas para volver a su hogar en la naturaleza. Subieron y bajaron de los árboles con entusiasmo y exploraron su nuevo entorno. Sin embargo, Vela no estaba preparada para despedirse de la familia que la había criado y comenzó a volver a la casa de los Harrison para recibir golosinas. Incluso después de una semana, seguía esperando pacientemente en la puerta de entrada o asomándose por la ventana del comedor en busca de atención.

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Lo más sorprendente ocurrió unos años después, cuando Vela volvió a encontrar el camino hacia la casa de los Harrison con una pata lesionada. La familia la acogió de nuevo, le dio antibióticos y la puso en una jaula de rehabilitación para que pudiera curarse. Pero para sorpresa de todos, Vela dio a luz a tres crías, lo que obligó a la familia a cuidar de ellas hasta que fueran lo suficientemente grandes como para ser liberadas. Vela sigue visitando a la familia Harrison, se sienta en su regazo y acepta montones de frutos secos como muestra de agradecimiento.

Esta historia es un claro ejemplo de cómo los animales pueden mostrar gratitud hacia aquellos que los salvan. Muchas veces, los humanos maltratan a los animales, pero existen personas dispuestas a arriesgarse y esforzarse por lo que es correcto. El veterinario Ovidio Ros fue uno de estos héroes, quien decidió ayudar a un caballo que estaba atrapado por cazadores. A pesar del riesgo de ser herido por el animal, Ovidio se acercó al caballo y trabajó para liberarlo de las cadenas que lo mantenían cautivo.

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A medida que Ovidio iba cortando las cadenas, descubrió que estaban apretadas alrededor de las patas del caballo y le estaban causando mucho dolor. Con paciencia y precisión, Ovidio logró liberar al animal y tratar sus heridas. Al finalizar, el caballo se acercó a Ovidio y le dio un beso, demostrando su agradecimiento. Este gesto conmovió a todos los presentes y demuestra que los animales también pueden sentir gratitud hacia quienes los salvan.

La historia de Vela y el caballo resaltan la importancia de compadecerse del dolor ajeno y tratarlo como propio. Las personas que ayudan a los animales necesitados suelen ser recompensadas con abrazos sinceros y miradas de agradecimiento. Estos actos de bondad y compasión no solo benefician a los animales, sino que también nos hacen sentir orgullosos de nuestras acciones.

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En conclusión, la historia de Vela y el caballo demuestra que los animales son seres emocionales capaces de mostrar gratitud hacia aquellos que los ayudan. Aunque muchos pensarían que nadie se acercaría a ayudar a un animal en apuros, hay personas dispuestas a esforzarse y arriesgarse por hacer lo correcto. Con su ternura y agradecimiento, Vela y el caballo nos enseñan la importancia de tratar a los animales con compasión y cuidado.

El video original puedes verlo pinchando AQUÍ

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