A lo largo de los siglos, el ajo ha sido una especia culinaria muy apreciada.
Hace parte de la familia de las liliáceas, así como el puerro, la cebolleta y las chalotas, que también se distinguen por su fuerte aroma y sabor.
Es una de las plantas que ha sido cultivada por más tiempo y su uso antecede a la historia escrita.

Un remedio tradicional
A lo largo de la historia, se le ha considerado un remedio confiable para epidemias como cólera y tuberculosis.
Como cura para la infección, se ha usado contra virus, bacterias y hongos.
Se le llamó «la penicilina rusa», para denotar su propiedades antibacteriales.
En la Primera Guerra Mundial fue usado como antiséptico para limpiar y curar, y para tratar la diarrea causada por las malas condiciones sanitarias en las trincheras.
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Algunas molestias, como las verrugas o las picadas de insectos, pueden responder bien al aceite de ajo o a la aplicación de un diente de ajo crudo machacado.
Ventajas nutricionales
- Es una excelente fuente de vitamina B6 (piridoxina)
- También una buena fuente de manganeso, selenio y vitamina C
- Además, provee varios minerales, incluidos el fósforo, calcio, potasio, hierro y cobre
Estas propiedades también tienen efectos positivos en la salud íntima femenina.
En especial, si se trata de infecciones vaginales comunes como los hongos y las infecciones urinarias.